Etiquetado: Estados Unidos
Sabor, sabor…
Andaba hoy dando vueltas por la nube que es internet cuando me he encontrado con un artículo sobre un mejorador de cerveza. La idea es que la gente que en EE.UU. bebe cerveza industrial light no es porque les guste, sino porque o no quieren o no pueden gastarse el extra que cuesta una cerveza con más sabor. Así, lo que proponen los inventores es que los bebedores de este tipo de cervezas añadan unas gotas de su producto a su cerveza y podrán saborear su propia creación con sabor de cerveza artesana, sin tener que pagar el precio extra ya que el producto de marras cuesta $4.99 y mejora 18 cervezas de 355 ml (12 oz) sin añadirles alcohol o calorías. Mi primera reacción ha sido de «¿Qué mierda es esta porquería y quiénes son estos tíos?», pero pensándolo un poco, me he dado cuenta que el producto podría estar bien.
Enfocándolo al público al que los inventores del tinglado lo están enfocando, esto es algo que va a ser masacrado por los amantes de la cerveza artesana, por razones obvias, y que podría ser completamente ignorado por el resto. En EE.UU., como creo que en otras muchas partes del mundo (y esta es una opinión basada en mi experiencia personal, no en datos), la gente que bebe el tipo de cerveza al que el producto de marras está enfocado lo hace porque no conocen otro o porque es lo que les gusta. Aquí un gran número de Joe Bebedor de American Lager no sabe que exista ninguna cerveza que no esté fabricada por Anheuser Busch, Coors o Miller, excepto quizá Corona o Heineken. Y a los que lo saben, les da lo mismo. Para ellos Budweiser, Coors Light, O Miller High Life es su cerveza y no toman otra porque «no les gusta» la cerveza oscura, o la amarga, o lo que sea. Así que no creo que sean el público más interesado en gastarse $4.99 extra por cada 18 cervezas para conseguir un sabor diferente cada vez.
Sin embargo, valoraciones de los dos sabores que ofrecen aparte porque tampoco tienen mucho sentido, creo que este podría ser un producto interesante y con el que nadie se metería si se enfocara al público adecuado, y siempre que sea verdad que da buen sabor a cerveza o que al menos mejora una cerveza que tiene un sabor que nos desagrada. También seria importante que los ingredientes no fueran exactamente propylene glicol, que no suena nada bien, junto con saborizantes naturales y artificiales indeterminados. Pero volviendo al público… ¿cuál serían en mi opinión los adecuados? Para mi hay dos muy claros y uno al que no le veo mucho sentido pero que está ahí.
El primer grupo al que creo que esto podría estar enfocado es la gente que por diferentes circunstancias no puede beber alcohol, ya sea de forma temporal o permanente, pero a la que no le importaría añadir un toque de sabor a su cerveza SIN. El segundo son los celiacos, o gente que no puede beber cerveza por intolerancia al gluten. Nunca he tomado una cerveza sin gluten, pero por lo que he oído no son las cervezas más interesantes del mundo, así que probablemente no les vendría mal una mejora de sabor. Y el tercer grupo son la gente que toma cervezas light por las calorías, pero que quizá sí les guste un tipo de cerveza más sabroso. Para mi este tercer grupo tiene poco sentido, porque yo preferiría tomarme una sola cerveza que me gustase a tres light, pero a gustos colores.
Estoy casi seguro que no me molestaría ver el producto este siendo anunciado para los públicos que comento, pero casi me ofende viéndolo de la manera que se ofrece, y no creo que tenga mucho éxito. Pero como parece ser que H. L. Mencken dijo: «Nadie se ha arruinado nunca por subestimar el gusto del público americano«. Y creo que la cita, aunque no exacta por lo que he leído por ahí, no deja de ser cierta y aplicable también al resto del mundo desarrollado, que sigue ciegamente mucho de lo que pasa por aquí.
Así que si vivís por aquí ya podéis darle sabor a esa cerveza que no os gusta pero que a pesar de todo seguís comprando (exacto, no tiene sentido), y si no vivís por aquí, es sólo cuestión de tiempo que algo parecido llegue por allí.
¡Salud!
Seattle Beer Week: cata de New Belgium
Esta semana tenemos aquí por un lado la semana de la cerveza de Seattle (Seattle Beer Week), y por otro la semana de la cerveza artesana en todo EE.UU. Total, demasiados sitios a los que ir aunque nuca demasiada cerveza que probar. En cualquier caso, ayer martes me acerqué por Malt & Vine, mi tienda cervecera favorita en la zona, con la intención de asistir a la cata de la cervecera New Belgium que allí estaba teniendo lugar.
Lo primero que he de decir es que no soy un gran fan de New Belgium. De hecho, hasta ayer no había probado ninguna cerveza suya que me hubiera gustado demasiado, y algunas realmente me habían parecido bastante reprochables. Empezando con la más conocida de todas, Fat Tire Amber Ale, que siempre he considerado poco más que pasable, y terminando con su Rampant Double IPA que cuanto más pruebo menos me gusta con su desagradable sabor a césped, ajo y humedad. Además de estas dos había probado algunas más que tampoco me habían emocionado, como su Belgian Ale 1554, pasable todo lo más, y su muy decepcionante Trippel. Pero bueno, como de algo hay que morir, y el precio de la cata era $1 (sí, sí, $1, barato, barato), no había mucho que perder y para allá me ido después de trabajar. Y la verdad, me alegro de haberlo hecho porque si no quizá nunca hubiera probado una más de sus cervezas. Y tres de las cuatro probadas merecían la pena.
Lips of faith – Biere de Mars
Cerveza del estilo Bière de Garde (cerveza para guardar), turbia, de color naranja pálido y poca espuma, aunque de esto no puedo estar seguro ya que la servían de jarras que llenaban de barril con anterioridad. Aroma frutal y especiado, agradable y suave. El sabor es similar, destacando las especias típicas de las levaduras belga como el clavo y la cáscara de naranja (no sé si añadidos aparte o producto de la fermentación), así como el poco amargor de lúpulo. Termina seca y sin regustos. Una cerveza a tener en cuenta para los días de calor del verano, a pesar de no ser especialmente ligera en alcohol con un 6.2%.
Nota final: 7/10
Rampant Imperial IPA
Doble IPA con 8.5% de alcohol. A la vista es de color ámbar totalmente transparente y limpia, con una capa de espuma considerable y que se mantiene en su sitio (esto es de notas de la primera vez que la probé, al igual que la foto). El aroma es distinto a cualquier otra IPA que haya probado. Para resumir, a hierba, verde, especiado, húmedo, sin ningúno de los esperados tonos cítricos o resinosos… no es desagradable pero no es agradable tampoco. El sabor me es simplemente desagradable, a ajo y especias que no entiendo que estén en una cerveza aunque no me desagradarían en muchas comidas. Por lo que he oído de comentarios de otra gente que no soporta esta cerveza el sabor es debido al lúpulo Mosaic, así que ya sé de un lúpulo que nunca usaré en una de las mías.
Nota final: 4/10
Lips of faith – Imperial Coffe Chocolate Stout
Otra cerveza de su serie «Lips of faith», esta vez una Imperial Stout con 9% de alcohol, totalmente negra y sin apenas espuma al servirla de jarra a la pequeña copa de la cata. El aroma es intenso con tonos de café y vainilla, dulzor de fondo, pero sobre todo chocolate. Mucho chocolate. El sabor es profundo a chocolate, vainilla, café de fondo… dulce y espesa, como se espera de una Imperial Stout. Se nota un toque de calor por el alcohol, pero no exagerado. Poco carbonatada y espesa, deja una sensación de redondez en la boca e invita al siguiente trago. Muy recomendable.
Nota final: 8/10
Lips of faith – La folie
La última del lote es una Flanders Oud Bruin (marrón de flandes). He de reconocer que hasta no hace mucho las cervezas agrias eran algo que evitaba como la peste, pero a las que poco a poco estoy intentando acercarme, sobre todo para evitar ir un día a Belgica y no poder beber nada ;-). Total, que no sé mucho de ellas y no me atrevo a decir mucho tampoco. Me pareció ligeramente agria pero agradable, con terminación seca y en general me gustó y volveré a probarla con el tiempo y quizá a hablar de ella cuando me sienta más cómodo con el estilo.
En la foto se pueden ver las neveras en las que mantienen toda la cerveza en la tienda de la que hablo, Malt & Vine. En total tienen aproximadamente cuatro veces más de las que se ven en la foto y unas cuantas más en el almacén para mantener toda la cerveza que tienen en la tienda a la temperatura adecuada.
Y esto es todo sobre la cata. Me alegro haber ido y de dar una tercera oportunidad a New Belgium, o al menos a algunas de sus cervezas.
¡Salud!
Dogfish Head Sixty-One
A estas alturas, ¿quién no conoce Dogfish Head? La cervecera de Sam Calagione con su «off-centered ales for off-centered people» puede ser tachada de muchas cosas, pero no de pasar desapercibida ni dejar a nadie indiferente. Y es por eso, precisamente, por lo que he decidido escribir sobre esta IPA híbrida entre cerveza y vino. Ha hecho lo que menos esperaba de una de sus cervezas: me ha dejado frío, indiferente, y quizá por eso sorprendido en el fondo. Esperaba algo que o bien me repateara las tripas o me encantase, ying o yang, Immort Ale o 90 Minute IPA, pero desde luego nada intermedio, nada tan poco extremo como esto. ¿Cómo una cerveza hecha con vino y por Dogfish puede ser tan… no sé cómo ponerlo: tan simple, insípida, olvidable, plana? Nada que gustar, nada que odiar, nada que sorprenda realmente. Me ha hecho incluso replantearme la idea que tenía desde hace algún tiempo de hacer mi propia cerveza fermentada con levadura salvaje y uvas. No quiero hacer nada que me deje tan frío como me ha dejado esta cerveza. Así que, como no hay mucho más de que hablar, vamos a quitárnosla de en medio lo antes posible:
- Alcohol:6.5%
- IBUs: Desconodigo
- Estilo: American IPA
- Fecha embotellado: 26 de febrero de 2013
- Fecha de compra: 22 de abril de 2013
- Precio: $2.75
- Color: desconocido
- Densidad original: Desconocida
- Densidad final: Desconocida
- Elaborada con mosto de uva Syrah y Dogfish Head 60 minute IPA
- Servida de una botella de 12oz. (355 ml) a un vaso tipo tulipán.
El color quizá sea lo único realmente interesante de esta cerveza. Tiene un tono rojizo, rosáceo, que recuerda a un vino rosado más que tinto, aunque ligeramente oscuro. Fina capa de espuma que ha desaparecido en parte antes de poder hacer la foto. Extremadamente clara, limpia.
El aroma es ligeramente cítrico y frutal, tonos ácidos, vitícolas. Pero todo ligero, suave, ninguno se superpone a otro. En la boca es similar, ligeramente agría y frutal, con el amargor del lúpulo y el toque de vino de fondo. Supongo que tiene malta porque si no la tuviera no se podría llamar cerveza, por ley, pero no la noto por ningún sitio. Equilibrada, sin defectos, pero olvidable. Básicamente lo que se podría esperar. Nada que gustar especialmente, nada que disgustar, nada que comentar… triste. Alta carbonatación, poco cuerpo, termina limpia sin dejar rastro. Ni en la boca ni en la cabeza. Y tampoco en el bolsillo, ya que es barata para los precios normales de Dogfish. En resumen, sorprendido por la poca sorpresa, como decía antes. De esta cervecera prefiero las cervezas que no me gustan. No mucho más que comentar. Tan poco original como su nombre…
Nota final: 6/10
Stone Cali-Belgique IPA
Stone Brewing Co. es una de mis cerveceras favoritas. En la costa oeste de EE.UU. son un auténtico mito. Y como ocurre con casi todos los mitos, parte es marketing, que lo hacen muy bien, y otra parte es que elaboran un producto muy original y de muy alta calidad. Si tuviera que definir a Stone y sus cervezas con una frase, probablemente sería: «más malta, más lúpulo, más alcohol». A veces se pasan, y en mi opinión algunas de sus cervezas son auténticas bombas totalmente desequilibradas (o quizá pienso eso porque aún «no las merezco»). Pero la mayoría de las veces hacen auténticas maravillas.
La cerveza de la que vamos a hablar hoy tiene una historia interesante. Como parte del ya completado programa Stone Vertical Epic Ale, del que hablemos en algún momento, la receta elegida para 2008 iba a ser una Belgian Golden Ale muy, muy ligera de color y alta en lúpulo; y como para culquier otra cerveza de estilo belga que realizan, Stone necesitaba cultivar una gran cantidad de su levadura belga. Esto normalmente lo habrían hecho en mosto de la Stone Pale Ale, pero en este caso temían que este pudiera ser demasiado oscuro y que afectaría el color tan claro de la nueva receta. Para solucionar este problema decidieron cultivarla en mosto de Stone IPA en su lugar. Una vez utilizada la levadura para fermentar la que sería Stone 08.08.08 probaron la ya fermentada cerveza que quedaba en el tanque y se dieron cuenta que estaba muy buena. Y así nacio Stone Cali-Belgique IPA, que es ni más ni menos que Stone IPA fermentada con levadura belga. Otra diferencia entre las dos es que Stone IPA va terminada con lúpulo Centennial, mientras que para Cali-Belgique utilizan el más potente y especiado Chinook. Y para el que quiera leer la historia completa se puede encontrar en el blog de Stone, o en su libro The Craft of Stone Brewing Co.: Liquid Lore, Epic Recipes, and Unabashed Arrogance, que está disponible en Amazon España aunque solamente en inglés y no en formato Kindle. Y ahora, ¡a por la cerveza!
- Alcohol:6.9%
- IBUs: 77
- Estilo: Belgian IPA
- Fecha embotellado: estooooo… tiré la botella y no lo miré 😦
- Fecha de compra: 4 de abril de 2013
- Precio: $5.49
- Color: desconocido
- Densidad original: Desconocida
- Densidad final: Desconocida
- Elaborada con lúpulos Columbus, Chinook y Centennial
- Servida de una botella de 22oz. (650 ml) a un vaso tipo tulipán.
Presenta un ligero color cobrizo, anaranjado, ligeramente turbia con una corona de espuma jabonosa y blanca que se mantiene en su sitio un buen rato.
En nariz es una mezcla de cítricos con notas tropicales del lúpulo, y los ésteres frutales de la levadura belga. De fondo se puede detectar el ligero dulzor de la malta, pero la sensación es que los que mandan aquí son el lúpulo y la levadura. Una combinación que sorprende y agrada; huele impresionantemente bien.
El sabor es lo que se podía esperar por el aroma. Empieza con los sabores y el amargor típicos de una IPA de la costa oeste, resinosos y cítricos, pero poco a poco va pasando a toques más especiados, frutales, algo dulzones y un pelín ácidos generados por la levadura belga durante la fermentación. La malta apenas es apreciable, al menos por mi. Cuerpo medio tirando a seco y carbonación ligeramente alta. Un trago invita al siguiente. Y al siguiente. Una pena que la botella tenga fin…
En resumen, una de mis cervezas favoritas. ¡Altamente recomendable!
Nota final: 9/10
Port Brewing Hop 15
Lo primero decir que me acabo de beber más de medio litro de esta monstruosidad. Esta cerveza pega, pero bien.
Hace unos días los amigos de Observatorio Cervecero hablaban de esta misma cerveza y me recordaron que las otras que había probado hasta el momento de Port Brewing me habían gustado bastante, por no decir mucho. Así que la siguiente vez que pasé por la tienda de cervezas, decidí coger una botella, a ver qué tal estaba la cosa. Y aprovechando compré también otras dos de sus cervezas, completamente opuestas a esta: Old Viscosity y Older Viscosity, que cataré y comentaré más adelante. Y ahora, sin más dilaciones, vamos a por esta:
- Alcohol: 9.7%
- IBUs: desconocidos
- Estilo: American Imperial IPA
- Fecha embotellado: 6 de marzo de 2013
- Fecha de compra: 4 de abril de 2013
- Precio: $7.99
- Color: desconocido
- Densidad original: 1.086
- Densidad final: 1.014
- Elaborada con maltas Two-Row, English Light Crystal, y 15 tipos diferentes de lúpulo. ¡Ahí queda eso!
- Servida de una botella de 22oz. (650 ml) a un vaso de vino tipo Borgoña.
Presenta un color naranja claro, turbio y con bastante poso flotando por todas partes. No tengo ni idea de si esto es así en todas las botellas o si esta es una excepción. La corona de espuma es contundente y cremosa, casi blanca, pero desaparece más rápidamente de lo que me gustaría.
El aroma es… lúpulo. Lúpulo, lúpulo y más lúpulo. Prestando atención y con concentración quizá se noten tonos cítricos y resinosos, pero los árboles se pierden en el bosque de lúpulo. Los detalles se mezclan y no hay manera de distinguir apenas nada.
El sabor es amargo. El primer trago es casi desagradablemente amargo. Pero poco a poco, no sé si porque se duerme la lengua por la cantidad de lúpulo o por la cantidad de alcohol, se empiezan a notar después del amargor tonos dulzones de malta que rápidamente son arrastrados al olvido por más amargor. Un viaje de 360 grados en cada trago y que con cada trago se hace más agradable. Lo que parecía que iba a ser un tortura para la boca empieza a ser una experiencia placentera, aunque desde luego no para todos los días.
En definitiva, una cerveza muy interesante que todavía no estoy seguro porqué pero me ha gustado mucho. Eso sí, totalmente desequilibrada con el lúpulo sobrepasando todo lo demás sin ningún tipo de compasión.
Nota final: 8/10